jueves, agosto 30, 2007

7.5 millones de pesos en “diezmos” para alcalde


Ramiro Aguilar Castañeda apareció por fin, pero parece que ahora ya no lo quieren ni sus amigos priistas, aquellos que lo llevaron al poder gracias a sus influencias y billetes, los famosos “rorros”: Rodolfo Robles y Rodrigo Ruiz, auténticos caciques de Las Rosas.

Hasta el candidato del PRI, Adrián Coronel Pech, de pronto comenzó a utilizar la bandera “anti Ramiro” para hacerse de votos, y al parecer le dio resultados, y por lo mismo sigue con ese rollo, despotricando contra el edil ¿en funciones?

Pues claro, si le ha funcionado a Chemingo Argüello, pues también podía funcionarle al candidato priista, ya que con un lenguaje y posición de ese tipo adquiere un perfil de luchador social.

Lo que ahora andan diciendo los tricolores es que Ramiro Aguilar Castañeda debiera apoyar la candidatura tricolor, por dos razones: 1) fueron los priistas quienes lo llevaron al poder y 2) sólo el candidato priista puede hacerle sombra al Chemingo Argüello, quien lleva buena delantera y éste no tendrá el menor empacho para mandarlo a la cárcel, una vez que se documenten los malos manejos del edil pinolteco.

El discurso del abanderado tricolor también pretende quitarle las banderas que los perredistas han enarbolado durante los últimos tres años, en el sentido de que Ramiro Aguilar Castañeda nunca hizo obras por administración.

Y hacen números:

Ramiro Aguilar Castañeda tuvo recursos por alrededor de 75 millones de pesos que debieron convertirse en obras para todo el municipio, durante los tres años.

Pero, dicen los tricolores (antes sólo lo decían los amarillos), el alcalde nunca hizo ninguna sola obra por administración, sino todas fueron entregadas a contratistas, sobre todo de aquellos que son puntuales para dar su diez por ciento, aunque dicen ahora que en este trienio no fue con ese porcentaje, sino mucho mayor.

Pero, ellos hacen las cuentas a partir de un diez por ciento y dicen que, por lo mismo, Ramiro Aguilar Castañeda se embolsó en estos tres años alrededor de 7.5 millones de pesos, o alrededor de 8 millones.

Alegan que en los gobiernos priistas los alcaldes robaban también, pero compartían parte de lo robado, no se quedaba sólo en una bolsa o persona, se compartía con otras “distinguidas” familias (llámese caciques).

“Hay que ser cuch, pero no tan trompudos”, despotrican.

Con ese dinero, dicen, Ramiro Aguilar pudo haber construido unas 22 escuelas, para beneficiar a 4 mil alumnos. Pero no, él se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato.

O bien pudo haber construido 750 casas, de 20 mil pesos cada una, y beneficiar así a un aproximado de 3 mil 500 personas de escasos recursos económicos. Pero no, Ramiro Aguilar Castañeda se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato.

O bien pudo construir unos 8 kilómetros de carretera pavimentada, beneficiando a cientos de familias de distintos ejidos. Pero no, Ramiro Aguilar Castañeda se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato.

O bien pudo apoyar con 500 pesos de “Amanecer” a unos 15 mil viejitos (as), por lo menos con una entrega. Pero no, Ramiro Aguilar Castañeda se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato. Los viejitos ahí que chocheen.

O bien pudo entregar unas 75 mil despensas a personas en extrema pobreza. Pero no, Ramiro Aguilar Castañeda se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato.

O bien pudo entregar unas dos mil 83 toneladas de fertilizantes que hubieran alcanzado para beneficiar a casi 14 mil campesinos pobres, dándoles de a 3 bolsas a cada uno. Pero no, Ramiro Aguilar Castañeda se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato.

O pudo haber adquirido unas 15 mil bombas aspersoras y regalarlas ahora en campaña, para igual número de productores que las necesitan en los trabajaderos. Pero no, Ramiro Aguilar Castañeda se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato.

Con esos 7 millones y medio bien se podía financiar, cómodamente, unas dos campañas para presidentes municipales y una para diputación local. Pero no, Ramiro Aguilar Castañeda se sirvió con la cuchara grande y todo para su plato.

“Ni en los mejores tiempos de la corrupción más rampante y grosera de las administraciones priistas se dieron situaciones como el encarecimiento de la obra pública como en la administración panista de Ramiro Aguilar”, dice el correo de una persona que no niega la cruz de su parroquia tricolor.

Bueno, no esperaba un “tirito” entre priistas y Ramiro Aguilar Castañeda, pero bueno, en tiempos de elecciones todo puede pasar, hasta un “amasiato” que antes podía parecen inconcebible.

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