Pobrecito de mi amigo Pancho Cruz Domínguez. Tuvo que chambear en su día, el día del locutor. Yo lo veía un poco desmerecido cuando lo felicité y le dije: “hoy te vas a reponer, le echás harto trago y botana y verás”, y me respondió: “ni creas, no voy a poder, me toca trabajar”, ya casi esperaba yo el clásico “bu buu”, pero se aguantó como mero macho comiteco. Mientras los demás se daban la gran vida, el milaba como chinito, ocasionalmente se aventaba uno que otro caballito, pero muy poca la cosa. Eso sí, para evitar comentarios de desmerecimiento o “enclenquerías” le entró a la comilona, y tuvo tiempo para reclamarme que no lo felicité en su cumpleaños número 73, no, quise decir, 37. Su cumpleaños fue el 22 de agosto, cuando estábamos con el sabor del triunfo sabinista, ese fue su regalo jejeje, nomás que no lo oiga su jefe Mario Escobar, que se entregó de lleno a José Antonio Aguilar Bodegas, de quien espera, aún, se convierta en gobernador del estado, aunque no sé para qué año. Ah, pero el Pancho andaba de presumido, “no soy tzapo como vos”, me dijo, “y calzo del número 8”, al tiempo de anunciar que anda libre, soltero, disponible, puesto, preparado, y por si alguien se avienta debe cumplir con los siguientes requisitos: que sea llenita y de pelo largo. Como quien dice va a tener muchas ofertas, porque llenitas es de lo que más abundan. Si tiene dudas nomás haga la siguiente prueba. En una concentración masiva, sea en el zócalo el día del grito, o en la Central de Abastos, diga “¡hey gorda!”o “¡gordita mía!”, y van a voltear muchas amorosas mujeres. Nadita el señor. Va sobre seguro. Mejor que sobre y no que haga falta, ha de decir, En fin, es Francisco Javier Cruz Domínguez, locutor del Instituto Mexicano de la Radio, de la XEMIT, conductor del programa notideportivo “Más Deporte” que se transmite los sábados a las 7 de la mañana. Y está a la orden.
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