La expulsión de Roberto Albores Guillén ya parece ser irreversible. Con él se van no sólo Jorge Constantino Kanter, Chachita Pariente, David Escobar García, Aharón Hernández López y decenas de distinguidos priistas, que juntos arrastrarán hacia un nuevo partido, o hacia alguno de los partidos existentes, a un promedio de 400 mil chiapanecos. Suponiendo que sean menos, es más, supongamos que sean la mitad de esos, pero son más que suficientes para acabar con un partido, otrora mayoritario, y para crear uno nuevo, pasando desde su nacimiento a ocupar un importante lugar en el espectro político estatal Los tontos del priismo oficial, nacional o local, sencillamente se están haciendo el harakiri. Ahora que si no forman el nuevo partido, eventualmente llamado Fuerza Democrática (FD), y se van a engrosar a otro partido, pues lo convertirán en primera, segunda o si mal les va en tercera fuerza electoral. ¿De veras están pensando las cosas o les anda ganando la víscera? ¿O la locura? ¿O la estupidez? ¿O la estulticia? Hay que lo vean.
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