La campaña llegó a su fin, pero el proceso de "convencimiento", de última hora, se tornó más violento y totalmente fuera de la ley.
Golpes bajos, muy bajos, se dieron desde las primeras horas de la madrugada.
A las Cero horas con escaso 15 minuto ya habían personas detenidas por realizar la entrega de "publicidad negativa" en contra de un candidato.
Esa publicidad buscaba desprestigiar a más de un candidato, y sólo uno quedaba al margen de todas las descalificaciones realizadas.
Horas más tarde se comenzaron a realizar llamadas telefónicas en forma masiva a la población urbana, para informar que un candidato había declinado, de última hora, a favor de otro.
La intención era provocar confusión y evitar que la población votara por ese candidato.
La guerra sucia, a su máxima expresión.
Más tarde o quizá al mismo tiempo, los operadores entregando dinero en efectivo en los barrios y comunidades, así confesado por los mismos actores, sin el menor rubor, como algo tan natural en todo proceso electoral.
De hecho así es: la compra de votos no es privativo de solo un partido, sino de todos.
Antes sólo el candidato del PRI podía hacerlo, porque era PRI-GOBIERNO, pero ahora hay PRD-GOBIERNO, PAN-GOBIERNO, etc.
Y todos le entran al fraude electoral, al mapachismo.
Este es México, señores, para que nos sintamos orgullosamente mexicanos. Sí señor.
Y Viva Méxicoooooooooo, como dicen nuestros políticos.
Golpes bajos, muy bajos, se dieron desde las primeras horas de la madrugada.
A las Cero horas con escaso 15 minuto ya habían personas detenidas por realizar la entrega de "publicidad negativa" en contra de un candidato.
Esa publicidad buscaba desprestigiar a más de un candidato, y sólo uno quedaba al margen de todas las descalificaciones realizadas.
Horas más tarde se comenzaron a realizar llamadas telefónicas en forma masiva a la población urbana, para informar que un candidato había declinado, de última hora, a favor de otro.
La intención era provocar confusión y evitar que la población votara por ese candidato.
La guerra sucia, a su máxima expresión.
Más tarde o quizá al mismo tiempo, los operadores entregando dinero en efectivo en los barrios y comunidades, así confesado por los mismos actores, sin el menor rubor, como algo tan natural en todo proceso electoral.
De hecho así es: la compra de votos no es privativo de solo un partido, sino de todos.
Antes sólo el candidato del PRI podía hacerlo, porque era PRI-GOBIERNO, pero ahora hay PRD-GOBIERNO, PAN-GOBIERNO, etc.
Y todos le entran al fraude electoral, al mapachismo.
Este es México, señores, para que nos sintamos orgullosamente mexicanos. Sí señor.
Y Viva Méxicoooooooooo, como dicen nuestros políticos.
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