miércoles, octubre 03, 2007

Las Calenturas del Padre Arnulfo


Ah padrecito este. De plano que le gana las calenturas, raras, por cierto. Pero en fin, cada quien.

Trabaja (¿) en Las Margaritas, ahí tienes sus ovejas, muy descarriadas por cierto, ya que no tienen un pastor que los guíe por el camino correcto.

Se llama Arnulfo García, toma harto trago y le gusta mucho jugar matatena con adolescentes, ahí cerca, muy cerca de donde hace sus oraciones dirigidas al creador del cielo, la tierra y todas las cosas.

En realidad, a este padrecito, que al parecer provino de Sodoma o quizá de Gomorra, se le pasaron las copas hace algunos días, y ya bien bolo quiso irse "de pillo" con unos chicos.

Pero luego tuvo diferencias con ellos, las cosas ya no son como antes y ya ni a los perros se les puede amarrar con longaniza.

Como no les cumplió, o no como ellos querían, le dieron su "estate quieto", qué bautizo ni qué nada.

Ningún sacerdote bautiza así porque sí a nadie, ni menos en estado de ebriedad.

De hecho, la costumbre de los curitas es juntar muchos bautizos, para reunir paga, ellos cobran. Bueno, quizá la palabra exacta no sea cobrar, eso suena muy terrenal, pero la cosa es que los papás de los bautizados sueltan una lana, y los sacerdotes prefieren que haya muchos chamacos a los cuales bautizar para que la cosa sea rentable y no se gaste mucha saliva en balde.

Ningún sacerdote acude a bautizar a alguien así, de manera tan espontánea. Si los sacramentos no son enchiladas.

Inclusive se tienen que cumplir algunos requisitos para poder hacer un bautizo, no sé cuantos días tienen que acudir los padres y los padrinos a pláticas, y hasta que cumplan con todas las condiciones hacen la derrama del agua bendita acompañada del clásico "Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

De esto se deduce que el calenturiento curita no fue sorprendido por unas personas que le pidieron bautizar a un chamaco. No, esa falsedad cae por sí sola. A otro con ese cuento chino. Como dice el Coyolín Coyolero: "Si no soy bermejo de ahora".

Y que no me salga ahora con que le dijeron que iba a bautizarlo porque el recién nacido estaba a punto de morir y para que se fuera al cielo con todas sus credenciales él accedió de forma expedita. Que no le "agregue" otra mentira a su primera mentira, aunque, claro, un bolo dice lo que quiere y al otro día ni se acuerda, y hasta donde yo sé los borrachos son como los niños: confunden la realidad con su pensamiento o viceversa, es decir, vuela su imaginación, y Diosito no toma como mentiras o falsos testimonios lo que los niños dicen, motivados por una imaginación muy viva.

El señor Arnulfo García estaba de parranda con sus "amiguitos", tomando trago, de juerga, aunque antes haya pasado a darse una vuelta en el PRI, aunque ahora ni eso creo. Y no es que por incrédulo yo tenga que ir al infierno, sino porque dice el refrán que la persona que miente una vez, miente dos, tres y miente mil veces.

Esa noche, en realidad, el sacerdote fue golpeado por un desacuerdo con los chicos, estando él bien bolo.

Cuando hizo su escándalo (por bolo, no por otra cosa, no por estrategia política, eso vino después) elementos de la Cruz Roja se hicieron presentes expeditamente. Y, Dios Mío, el padre fue encontrado en malas condiciones.

No, aclaro, no lo vieron ni mucho menos lo dijeron los elementos de la Cruz Roja. No se les permitió entrar. Feligreses que le son fieles al sacerdote les dijeron que no, que estaba lastimado porque lo habían golpeado, pero que ellos se harían cargo de la situación. De hecho contrataron los servicios de un médico particular.

Ah qué lujos se da el curita este. Despreciar las atenciones de los paramédicos, quienes brindan la atención al prójimo, esté bolo o no, sea priista o no, sea originario de Sodoma, Gomorra o de Las Margaritas. Bueno, no importa su origen terrenal, su militancia partidista, si le va al América, a Chivas o a los Jaguares.

Los paramédicos tuvieron que regresar a donde corresponde y entonces nació por ahí la curiosidad, que afortunadamente en este caso no cobró la vida de ningún gato.

Y por curiosidad mandaron preguntar a una persona muy allegada al cura, y éste escuchó la pregunta: ¿Bueno, y por qué no quieren que los atienda la Cruz Roja?

Y la respuesta de quien había estado auxiliando al sacerdote "in situ" fue: "ES QUE ESTÁ EN MALAS CONDICIONES…" haciendo las señas manuales de "tomar", de borrachera.

Bueno, pero eso no quiere decir que todos los margaritenses deban seguir su ejemplo, para nada.

Pero si acaso toman inviten, nada más que no pierdan los estribos ni se les vaya la cocha al monte.

Todo este merequetengue me trae a la mente a otro curita margariteño, Heriberto Cruz Vera, quien también adoraba a Dios, el celestial, y a otro Dios, terrenal, el Dios Baco, por cierto también originario de Sodoma.

De hecho él tomaba después de los bautizos, con los papás, con los padrinos, delante del recién ungido.

Bueno, hasta bailaba, inclusive sin quitarse la sotana.

Pero al menos este no tenía que ser hipócrita, ni mentiroso ni levantaba falsos testimonios. Aunque, obvio es, hay cosas que son "impronunciables".

Creo que es mejor así: ser cura, tomar trago y reconocerlo. Total. No pasa nada.

Así que ¡¡¡FUERA MÁSCARAS!!!

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