El cambio en el municipio de Las Rosas era inevitable. La peor administración municipal de la historia de Las Rosas la está haciendo, aún, Ramiro Aguilar Castañeda, aunque Pablo Jiménez y mi tío Mario Escobar Gálvez opinan que el alcalde es un hombre bueno.
Aguilar Castañeda, en realidad, fue dominado por la ambición de la paga y por el par de caciques que lo impusieron como alcalde, hace tres años. Si el alcalde Pinolteco es bueno, lo es para llevar amplios e históricos beneficios para estas tres personas. Quizá dentro de algunos años Ramiro aparezca como un tercer cacique, porque por ahora ni siquiera pudo llevar a su candidato a la presidencia, pese a todo el despilfarro de recursos a su favor y al condicionamiento de los distintos proyectos productivos y obras a realizarse a cambio de voto corporativo.
Ni así. Se quedaron a la vitad de los votos del Chemingo Argüello del PRD-PT-PVEM.
¿Y el PRI?
Chale, más abajo todavía.
Porque Chemingo obtuvo alrededor de 3 mil votos, el PAN un mil 500, el PRI un mil 264, y muy cerca del tricolor el partido Alternativa con 845 votos, Convergencia 827, y Nueva Alianza 610 sufragios a su favor.
Es decir, ni juntando los votos del PRI y del PAN le hubieran ganado a la coalición PRD-PT-PVEM de los Chemingos.
La lectura más obvia es que el pueblo de Las Rosas reprobó al gobierno de Ramiro Aguilar. Cada voto obtenido por el PRI, PVEM, PRD, PT, Convergencia, Alternativa y Nueva Alianza fue un tache a la administración municipal panista.
El alcalde ausente recibió en su contra el 82 por ciento de los votos.
Por cierto, fue tanta la urgencia del pueblo pinolteco por sacar a Ramiro de la presidencia municipal que el 62 por ciento de los 13 mil 434 anotados en las listas nominales salió a votar.
Histórica por copiosa esa votación, aunque en esta elección hubieron municipios con participación ciudadana de hasta el 83 por ciento.
Muchas felicidades al pueblo de Las Rosas.
Es de los pueblos políticamente más maduros de la región fronteriza, porque son los que más han hecho válida su soberanía, a través del voto, castigando severamente a los malos gobiernos, sacándolos a puntapiés de palacio, su palacio.
Esto lo deberá aprender Chemingo Argüello Ruiz. Al pueblo de Pinola su alcalde debe llegar a servir, no a servirse.
Chemingo Argüello y Chemingo Meneses deberán hacer las cosas con pulcritud, con honradez absoluta, y pensando en el bien de todas y todos.
Chemingo Meneses siempre estuvo peleando para que Ramiro Aguilar hiciera las obras por administración, no por contrato.
Tres años anduvo insistiendo el chaparrito huarachudo, el luchador social más destacado de ese lugar, para que Ramiro Aguilar hiciera las obras por administración, para abaratar costos.
El problema es que haciendo las obras por administración, dice Chemingo, no hay quién dé el tradicional chayote, perdón, el tradicional “diezmo”. Además, desde la campaña el panista se había comprometido a “dar millones” de pesos en obras a los contratistas, a los constructores que le dieron dinero para su campaña política.
Por eso la lucha de Chemingo Meneses fue infructuosa: la obsesión por el dinero de Ramiro no tenía medida.
¿Cuántos pares de huaraches habrá gastado Chemingo en su lucha por lograr que la administración municipal realizara las obras con menos costos?
¿Cómo unas cuantas palapas y un baño mal hecho va a costar un millón 500 mil pesos allá en las aguas azufradas? Por Diossssssssss. Si se vale ser cuch, pero no ser tan trompudos.
¿Cómo está eso de pavimentar
Pero no importa, Chemingo, yo te compraré otro tu par de huaraches, por si acaso al José Domingo Argüelo se le ocurre hacer mal las cosas, para que luches de manera incansable, siempre a favor del pueblo.
Quiero ver mucha obra realizada sin chayote, sin “diezmo”. Que se note la diferencia. Que se demuestre que sí se puede.
Que no se construya un sistema de agua potable para beneficiar sólo a un cacique o poderoso ranchero.
Que no haya regidores que sólo se dedican a hacer “arrancones” con las unidades oficiales de protección civil.
Que no haya regidores poniendo demandas penales en contra de este amarillista columnero apodado “el caliente”.
Porque si todo eso se diera, entonces tendrían al Fronterizo del Sur ahí, en las calles de Pinola (aunque no le guste a Pa-ji-me) y en la de los ejidos, criticando dura, severamente al alcalde en funciones.
He dicho.
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