EN
Resulta que a Ary Omar Vidal, funcionario municipal, se le salió el carácter.
No es ningún dejado, nadie lo agarra de bajadita, y un ciudadano pretendió no sólo eso, sino también herirlo en su dignidad.
Pero le salió lo Vidal o quién sabe qué y pongosh.
Cierto, César Augusto Morales Vázquez fue a cobrar una lana, pero nadie en su sano juicio comienza a gritar peladeces, majaderías e insultos directos a quienes se encargan de cumplir las funciones encomendadas por el jefe de área, en este caso la de pagos.
Sin duda, a Morales Vázquez se le pasó la mano, o la boca, y recibió su merecido.
Quizá Ary Omar debió aguantar como los japoneses o chinos, pero…
Si alguien te agarra de bajadita, después todos querrán usarte de resbaladilla, y para evitarlo hay que sacar el carácter.
Al prestador de servicios que exigía su dinero legítimamente devengado finalmente se lo dieron, pero no era preciso llegar a esos extremos.
Quizá, en último de los casos, debieron ponerse de acuerdo y salir del edificio público para verse las caras en un ring o en simplemente en una cancha de fútbol para que ahí se trenzaran a puñetazo limpio entre ceja y ceja y a ver quién era más hombrecito.
Pero lo cierto es que ni uno debió insultar al otro tratándolo como lo que no es, ni el otro debió darle paso a que el carácter se le desparramara en guamazos.
Ahora, deberá ser el estado de derecho el que diga la última palabra, aunque igualmente se puede superar con un "mea culpa" de ambos.
Total, ambos ya tuvieron su merecido (uno por los golpes físicos y el otro por el golpe periodístico).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario