Cierto, una golondrina no hace verano, y generalizar es pecado, o al menos no es justo, pues los pecadores deben pagar sus culpas ellos solos, sin pasar a afectar a inocentes, y por eso debo tener cuidado en esta columna, máxime que tengo tantos amigos que militan (¿así se dice?) en esa denominación religiosa.
Pero de los feligreses que hoy hablaré, la verdad, es que se merecen una buena cueriza y que Diosito no los tenga en su santa gloria, sino que mejor los mande a un calabozo, pero vivos, porque ya muertos pa qué "pictes".
¿Cuál es el tema?
Bueno, se trata de dos pinoltecos que militan en esa religión, los cuales cometieron varios pecados, uno tras otro.
Si no me creen, amigos, ya que estoy perdiendo credibilidad, debido a los últimos acontecimientos, candentes todos, chequen la siguiente nota, del reportero Edy Guillén:
"Dos "testigos de Jehová" fueron detenidos en las últimas horas por elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) destacamentada en el municipio de Villa las Rosas con un rifle en su poder.
"Datos proporcionados por elementos de la PEP, mencionaron que al realizar su inspección sobre la carretera de Villa Las Rosas – Pujiltic, detectaron a dos sujetos que actuaron de forma sospechosa, por lo que al revisar su vehículo, lograron localizarles un rifle en su interior.
"Al ser trasladados a la comandancia operativa de Comitán, los detenidos dijeron llamarse: Roberto Pérez Sántiz de 59 años de edad y Roberto Pérez Villagómez, con domicilio en la 4ª. Calle Sur Poniente número 28, barrio San Pedro de dicho lugar, los cuales viajaban a bordo de una camioneta marca Nissan tipo pick up color celeste con camper blanco y placas de circulación CX-74263 del estado de Chiapas, donde tenían un rifle calibre 22mm con 25 cartuchos útiles.
"Cabe hacer mención que dichos sujetos dijeron ser "Testigos de Jehová" y que acudían en ese momento a su iglesia en el municipio de Las Rosas, por lo que pedían a los efectivos ser liberados.
"Finalmente "padre e hijo" fueron puestos a disposición de la Procuraduría General de la República, por el delito de portación ilegal de arma de fuego de grueso calibre y lo que resulte en agravio de la sociedad en general".
Hasta aquí la nota, publicada el día 21 de abril, si no mal recuerdo.
PECADO NÚMERO UNO.
Ahora bien, estos compadres pinoltecos (o quizá sus familiares o amigos o correligionarios) incurrieron en otro delito, a saber:
Se presentaron a las oficinas de "El Fronterizo del Sur" a solicitar la no publicación de esta nota, que porque iba a perjudicar su imagen y la de su iglesia.
PECADO NÚMERO DOS.
Pero, aún más, incurrieron en otro delito, más feo todavía.
Como no hubo "negocio" que permitiera impedir la publicación de la nota, se pusieron abusados y esperaron el paquete de periódicos que cotidianamente se envían a Las Rosas, para nuestros suscriptores.
Son tan inteligentes estos "testigos" que conocen muy bien la ruta de nuestro paquete de periódicos.
Y, desde muy temprano, pusieron a un par de personas a esperar que llegara nuestro paquete, allá en la Terminal de autobuses de la Cuxtepeques, en Pinola.
Y cuando llegó, y nuestro repartidor lo tomó para comenzar su ruta de reparto, los "Testigos de Jehová" se lanzaron contra el muchacho, y le quitaron el paquete de periódicos.
El joven, ante tal situación, comenzó a desesperarse y a llorar. Por eso, como para tranquilizarlo y que las cosas no pasaran a mayores, y terminaran metiendo a la cárcel a otros dos "Testigos de Jehová", le dijeron: "Tomá ahí esos cien pesos, y dejá de llorar".
PECADO NUMERO TRES
Lo que hicieron fue sumar otro delito a la lista de que ya hemos venido describiendo. Porque esto sí que es un delito.
Ahora, El Fronterizo del Sur ya interpuso una demanda ante el Ministerio Público del fuero común de Comitán, por los delitos de soborno, robo y lo que resulte, contra esas personas, a quienes se identificará a través de los sindicados por portar arma de fuego, y el video tomado en nuestras instalaciones.
Tendrán que enfrentar a la justicia, una vez más.
Por tapar un pecado, están cometiendo otros.
¿Cuántos más vienen? No lo sé, ni me importa, no son de mi familia.
Pero, en su lugar, yo mejor me pondría de hinojos y le pediría perdón a Dios, diciéndole: "Caray, Diosito, la cagué, la cagué, me estaba echando un pedito pero, la cagué, la cagué".
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