El presidente municipal de Bella Vista fue gachamente abucheado y callado por el pueblo de ese lugar, durante el evento de coronación de
“Ya párale, mejor que hable la reina”, le gritaron, mientras estaba en pleno discurso.
Sin duda está cosechando parte de lo que ha sembrado durante los últimos cuatro meses, pero especialmente lo ocurrido en los últimos días, en ocasión a la elección de la reina de la belleza femenina de ese lugar.
Resulta que, en primer lugar, el presidente municipal, el C.ANIBAL ROBLERO, así como su esposa, impulsaron a una candidata a la reina de la feria, e hicieron todo lo que estuvo en sus manos para imponerla.
Ciertamente, la chica de su predilección también es bella, pero no consideraron que alguien pudiera conquistar los corazones del pueblo bellavistense como lo hizo “Juany I”, no sólo con su belleza física, sino también con la espiritual.
Y, además, el certamen de la elección incluyó a un jurado calificador que puso entre sus criterios el desenvolvimiento y la inteligencia académica de las participantes, y “Juany I” se impuso sobradamente, porque además de ser una mujer muy hermosa, tiene gran dominio de diferentes tópicos, gracias a ser una chica entregada absolutamente a sus estudios (sus calificaciones no registran un solo 9, va perfecta) y a haber realizado ya una diversidad de lecturas.
Se impuso, pues, con sus propias cualidades y virtudes, evidenciándolo en el concurso.
Ante tal situación, y teniendo el apoyo de la inmensa mayoría de los asistentes al certamen, el jurado no pudo darle gusto al presidente y su esposa, y eligió a "Juany I" como
Sin embargo, pronto las autoridades municipales, encabezadas por el C. Aníbal y su mujer, sacaron las uñas y comenzaron a darle rienda suelta a su sed de venganza.
En la adquisición del vestido de la reina y sus princesas, la compra la encabezó la mujer del alcalde. Y ahí ésta sacó los sentimientos de frustración desde lo más profundo de su pecho, haciendo sufrir a la reina electa.
La hizo sufrir cada vez que le fue posible y cada vez que encontró con qué, hasta verla llorar.
La elección del vestido fue el tema en el que la primera dama aprovechó para hacer sentir su poder y sacar las uñas.
Eligió el peor de los vestidos, o quizá el que corresponde a su particular gusto.
Con una enorme diferencia en cuanto a edades y, por lo mismo, de gustos, la mujer del alcalde quiso imponer los suyos.
Pero si el vestido no se lo iba a poner la primera dama, ¿por qué no le dio a escoger a la reina de la belleza de su municipio? ¿Dónde quedó la lógica y el elemental sentido común?
"Juany I" le dijo, con claridad, que el vestido que ella deseaba comprar no le gustaba.
Y la respuesta de la señora fue tajante: “entonces cómprate tú, con tu dinero, el vestido que quieras, nosotros sólo te podemos dar este, punto”.
Al final, la señora impuso su criterio.
Pero la chica, obviamente, no se lo puso. Lo recibió por educación, porque ese es su nivel, muy superior al de la esposa del alcalde, pero no quiso lucirlo el día de la coronación, no lucía, para acabar pronto. Por eso lo hizo a un lado.
Afortunadamente, otras personas (Derly Armando Pérez Gordillo, Armín Ángel Villatoro e Isabel Carlos Velázquez Velázquez y familiares de la chica) conocieron del infierno y la humillación que la reina de la belleza de Bella Vista sufriera a manos de la primera dama de ese lugar, y la apoyaron comprando con sus propios recursos el vestido de “Juany I”, el que ésta eligió.
Por eso, en su discurso, “Juany I” envió a sus benefactores una gratitud muy sentida, sólo a ellos, porque al edil y a su esposa no tenía que agradecerle nada.
Quizá por eso, y por los abucheos y el “ya cállate” que le propinaron a su marido, la también presidenta del DIF de Bella Vista se levantó de su asiento tan pronto terminó el evento de coronación de la reina, para darle una orden tajante: “No te presentes a ningún evento, no es necesaria tu presencia”.
No quiere la primera dama que le roben cámara, sueña ser la reina de Bella Vista, quizá con la complicidad de su “espejito, espejito”.
Sabe muy bien que si “Juany I” hace acto de presencia la va a opacar, no sólo por su exquisita belleza, sino también por su inteligencia, pues se expresa mejor, inclusive, que el alcalde en funciones.
Claro que todo esto, lamentablemente, tiene fondo político.
Los padres de “Juany I” no son priistas y no apoyaron al priista Aníbal Roblero en su campaña, sino a otro candidato, el del PRD, el profesor Agustín Ortiz Antonio.
“Juany I” no tiene ninguna culpa de ello, por supuesto, y el alcalde y su esposa debieran entenderlo, pero no consiguen hacerlo.
La elección constitucional ya pasó, los rencores debieron haber quedado atrás; al contrario, hoy debiera estar en marcha un proceso de reconciliación, de cicatrización y, aún más, de conquistar a aquellos cuadros y familias que optaron por apoyar a otro proyecto. Las acciones de la mujer del presidente, con la autorización o consentimiento de éste, indican exactamente lo contrario. Está saliendo a relucir un espíritu revanchista.
La propuesta de En Caliente es que la primera dama cambie de actitud y corrija, si aún le queda tiempo, pues
Los padres de "Juany I" decidieron acudir a hablar con el alcalde para decirle que protestarían de manera enérgica por la actitud estúpida e incongruente de la señora de Aníbal Roblero, pretendiendo expulsarla de las actividades de la feria.
Una, dos o tres neuronas que tenga, o las que sean, debiera ponerlas a trabajar.
Señora, no sean tan mentecata. Ah, ¿no sabe qué significa “mentecata”? Pregúntele a “Juany I” para que le dé un pequeño breviario cultural.
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