Óscar Salvador Gómez, Director del CBTIS 108, está dando clases de autoritarismo y prepotencia al alumnado de esa institución.
Los jóvenes estudiantes, hombres y mujeres, ya están hasta el gorro del despotismo que practica el directivo de esa institución, pero son aguantadores, calmados, y siguen sufriéndolo, aguantándolo, esperando que el tiempo transcurra lo más rápidamente para que dejen de sufrir sus arbitrariedades.
Pero todo tiene un límite, y ese llegó ayer, cuando una madre de familia se "sulfuró" lo necesario hasta anunciar que acudirá a presentar una demanda ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, para denunciar las arbitrariedades que comete Óscar Salvador, quien hiciera bien en regresarse al norte, de donde nunca debió haber llegado ni menos caer en Chiapas y muchísimo menos venir a hacerle daño a los jóvenes que estudian en el CBTIS.
Ignoro qué frustraciones y complejos traiga de su niñez o juventud, pero la juventud comiteca no tiene por qué pagar platos rotos en otro estado y por otras personas.
Lo peor, es que está haciéndole mucho daño a la educación de esta juventud.
Porque no es posible que por no llevar un uniforme a los jóvenes se les impida el acceso a sus clases, donde, por cierto, se supone que se enseña algo de formación cívica, ética, entre ellas los valores de la tolerancia, respeto a la diversidad, democracia y libertad.
Ah, el uniforme que deben ponerse (por los pantalones del directivo) es pantalón de vestir azul marino y playera blanca con rayas color guinda y el logotipo.
Y hay que subrayar la palabra PANTALÓN DE VESTIR, porque si un joven lleva pantalón azul marino pero de mezclilla, deslavado, con algún agujero, o de pana, simplemente no pasan
Y para que no pasen está el policía, un tipo a quien también el director ya le dio clases de autoritarismo y prepotencia para que no deje pasar a nadie, o le quita la chamba.
LAS "REDADAS"
Ah, pero por si algún estudiante logra burlar la vigilancia entrando por otro lado, entonces queda otro recurso: "las redadas".
El "Lic en M" Óscar Salvador Gómez, como él se firma y le gusta que le llamen (dice él que es Licenciado en Matemáticas) ordena que personal a su cargo pasen de salón en salón para ver quién no está con la ropa "adecuada" y los saca de su salón de clases y de su propia escuela, enviándolos de regreso a su casa, o a donde sea, pero que no permanezcan ni un minuto más (aunque estén en exámenes los expulsa del salón) porque atentan contra algo que el directivo considera sagrado: el respeto al uniforme, la disciplina rígida, militar.
Un día, sin embargo, ocurrió que pasó la colita de un huracán por Comitán y algunas madres de familia no consiguieron que el "sagrado uniforme pantalón de vestir azul marino y playera blanca con rayas color guinda y el logotipo" se secara a tiempo, y ni modo que enviaran a los muchachos y muchachas con la ropa mojada, exponiéndose a una enfermedad.
Así que se presentaron con pantalón color azul, pero mezclilla, y decenas de jóvenes quedaron a la entrada, con la puerta bien cerrada y, por si fuera poco, con un policía vigilando para que ninguno de esos jóvenes cometiera el sacrilegio de entrar al CBTIS 108 sin el pantalón de vestir color azul.
A Óscar Salvador Gómez, Director del CBTIS 108, no le importó ni quiso escuchar explicación de ningún tipo, menos de meteoros y falta de Sol, simplemente no llevaron el famoso pantalón de vestir azul marino y no los dejó pasar, aunque perdieran clases importantes (no de formación cívica, moral o ética), sino conocimientos básicos de las asignaturas que tienen que llevar para prepararse ante la vida.
Pero eso no es todo.
Tampoco permite que los estudiantes pasen a clases si llevan el cabello un poco largo.
Tampoco permite que los estudiantes pasen con alguna gorra.
Tampoco permite que los estudiantes lleven algún arete o pergsin (con razón vemos en otras latitudes a chicos con pergsin en el ombligo o en salva sea la parte), pero que no lo sepa Oscarín porque va comenzar a revisar hasta en los genitales del alumnado, con esa obsesión suya de no permitir el uso de aretes.
El Oscarín, sin embargo, sufre extra porque dos trabajadores suyos llegan peludos y hasta ahora no ha podido conseguir que se corten el cabello. Uno es profesor, según revela la madre de familia que hizo estas denuncias. Y este profesor ha tenido el valor civil de defender con todas sus fuerzas que su hijo use el cabello como a el joven le parezca mejor, y le ha valido fuertes reclamos, discusiones y maltratos, aún frente a terceros.
Pero, por cierto, en esas discusiones el autoritario, déspota, excluyente y prepotente ha sacado a relucir su descomposición emocional, porque rápido pierde los estribos, sacando a la luz del Sol y ante Dios Todopoderoso gran cantidad de insultos y palabras que en esta columna no se pueden reproducir, con todo y ser yo de los más columneros más majaderos.
Si así le va al personal, ya imaginémonos cómo les va a los estudiantes.
Ah, pero uno de ellos un día consiguió aplausos de sus compañeros, cuando resistió una embestida y si bien es cierto que se quitó un arete, no se lo entregó a quien en ese momento se lo exigía de forma grosera, porque simplemente es un arete de su propiedad, comprado con su dinero.
Digamos que comienza a aparecer la rebelión, ante tanta represión.
Pero por lo pronto va una demanda en contra de la violación de los derechos humanos del estudiantado en esa escuela.
La idea de liberar un poco las tensiones de tanta represión y rígida disciplina surgió cuando alguien propuso que por lo menos un día a la semana los alumnos pudieran usar la ropa que quisieran. Esa idea fue brillante, de otro modo este funcionario quizá ya hubiera sido linchado.
Lástima.
Este tipo un día llegó a Comitán y cayó a esa escuela como entrenador de básquetbol, después logró que lo contrataran como Maestro de Educación Física. Después estudió una licenciatura en matemáticas y por eso desde entonces se firma "Lic en M". Ya como tal (un grado académico ayuda a disminuir conflictos de autoestima) contendió para ser Director, en la primera fue derrotado, en la segunda hubo un error, una equivocación grave: lo eligieron a él, y las consecuencias están a la vista.
Alcanzó su sueño dorado, pero está asesinando los sueños de los estudiantes.
No lo digo yo, sino una madre de familia, pero por cualquier cosa yo respondo. Mi número de cel, señor "Lic en M", es el 9631026155: para cualquier recordatorio maternal, amenazas o lo que se le ocurra. A sus apreciables órdenes dictatoriales.
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