martes, septiembre 25, 2007

El DICTADOR del CBTIS 108 sigue dando de qué hablar




El "Dictador" del CBTIS 108 sigue dando de que hablar, porque continúa empecinado en IMPONER uniforme azul marino en pantalón de vestir.

Insiste e insisto: pantalón de vestir, no menos.

Tiene la mente cuadrada, no cambia de esquemas, se casó con un paradigma y ahora siente que si "cede" va a perder "hombría", va a perder "autoridad", y eso no debe ser ni será, dice el señor.

"En qué papel voy a quedar si me desdigo", suele decir Óscar Salvador Gómez, alto de estatura, pero de escaso crecimiento moral.

El Oscarín "No" ha leído a Jean Piaget, sin duda alguna. Ignora los conceptos de autonomía y heteronomía moral.

No lo sabe, pero él es "heterónomo", menos conoce de las consecuencias de ejercer un gobierno totalitario en el plano del desarrollo moral de los jóvenes.

El libro que debe leer este señor se llama "El Criterio Moral en el Niño", cuyas principales tesis aplican para el desarrollo de cualquier persona, desde su niñez hasta la adolescencia.

Bueno, para qué ir tan lejos: simplemente no entiende razones que por pura lógica son entendidas por personas comunes, sin estudios de licenciatura en matemáticas ni en nada.

Las razones que los jóvenes le expresan (y ahora también los padres de familia) son que el pantalón de vestir no les protege cuando entran a los talleres de mecánica.

"No nos protege", dicen los alumnos. "Preferimos el pantalón de mezclilla", insisten. Y sólo quieren evitar lesiones en la piel, pues en muchas ocasiones se han quemado por causa de la soldadura que les ha caído en los pantalones delgados, de vestir, que el DICTADOR impone a la del "Padre Nati". O sea: a PH.

Ayer, por cierto, antes de iniciar la discusión en el Roberto Cordero Citalán, llamó otra madre de familia para hacer varias denuncias.

Agradeció primero que se hubiera publicado la denuncia anterior, y luego se fue contra la yugular del directivo, reiterando lo que ya se ha descrito en esta y en la columna anterior sobre el mismo tema.

Se refirió a Julio César Coutiño Grajales, Jefe de no sé qué área administrativa, y lo llamó déspota.

Es déspota con los muchachos y con quien se deje, aunque sean maestros o padres de familia. Algo habrá aprendido de su maestro Óscar.

También mencionó a Guillermo Gómez, un profesor que no deja entrar a su salón de clases a los alumnos que no lleven el famoso pantalón de vestir azul marino. Ahí Memo se siente el rey, y los alumnos sus súbditos. No entiende, tampoco éste entiende que es un servidor público y le sirve al estudiantado, los cuales pagan por sus servicios con sus impuestos y los impuestos de los demás.

Ah, y se me olvidaba, también hizo mención de la esposa del DICTADOR, a quien calificó o descalificó duramente.

"Es una mula", dijo. Tres palabras que ni quisiera yo escribir, pero bueno, lo dijo.

Yo en realidad no conozco a ninguna de estas personas, ignoro si María del Rosario Velasco Albores sea de Control Escolar y esposa de Óscar. Ni es cómodo hablar de una mujer de esa manera. Pero así le dijeron y afortunadamente no habla de vida personal sino de su función pública, su ejercicio burócrata. Qué pena de mi parte tener que reproducir sus palabras, pero bueno, así es esto.

La madre de familia dice que esta funcionaria se porta así con los muchachos y con maestros. Siente que el poder se transmite por ósmosis, compartiendo espacios con el directivo.

Por último la nueva denunciante (por si las dudas no le pedí su nombre, pero respondo yo por cualquier cosa y mi celular sigue siendo el 9631026155) dijo que en el CBTIS el directivo está cobrando 80 pesos para obtener derecho de recursar materias.

Le pregunté si les daban recibos y dijo que sí.

Entendí, entonces, que eso no es ilegal, pero de todos modos escribo aquí su denuncia, porque de eso sí desconozco mucho, y bueno, para que ningún chico o muchacha pague sus 80 pesitos pues que le echen ganas a la realización de tareas, lecturas y ponerse abusados en los exámenes.

Ahh, y espero que los maestros sigan comentando de En Caliente ahí con DOÑA MARCE mientras comen sus quezadillas y toman su pozol.

Yo también llego ahí a darle gusto a mi paladar y robustecer mi pequeño estómago.

Y si gustan nos echamos un pequeño debate, nomás que coincidamos.

Finalmente pedirle que no se digan mentiras de supuestas conversaciones entre el Óscar y un servidor haciendo transacciones económicas.

La única vez que hablamos el señor y yo, vía telefónica, fue para sostener una reunión que no se dio porque mi agenda se apretó. Tuve mucho trabajo, pues, y ni Sandra Jiménez, la secretaria del Fronterizo del Sur, lo pudo recibir. Ya habrá ocasión. Hasta pronto.

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