La composición política en la LXIII Legislatura será plural, pero tendrá un común denominar: los diputados serán, en su inmensa mayoría, sabinistas, independientemente del color con que llegue cada uno de los legisladores.
Lo que parece habrá de ocurrir será que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) lleve al congreso del estado mayor número de diputados sabinistas, por la simple y sencilla razón de que obtendrá mayoría relativa en el poder legislativo.
En segundo lugar, muy pegado al tricolor, estará el Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien también llevará diputados sabinistas, muchos de ellos sin ninguna militancia amarilla, pero sabinistas al cien por ciento, pues fueron impuestos como candidatos por el gobernador del estado.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) será quien ocupe la tercera fuerza política en el congreso local y le corresponderá detentar el poder en el tercer año legislativo, a través de la Junta de Coordinación Política. Pero todos sus diputados serán sabinistas, con toda certeza.
Ignoro si la cuarta fuerza política en el congreso sea el Partido Acción Nacional (PAN), el Convergencia o el del Trabajo (PT), pero no me queda la menor duda que cualquier instituto político que llegue a la cuarta posición, y quienes queden en quinto y sexto lugar, llevarán diputados sabinistas, para entregarle el poder absoluto al gobernador Juan Sabines Guerrero y así tener un congreso a modo, en lo que será la continuación de la cultura del absolutismo, o la ausencia de la división de poderes en Chiapas.
Obvio, eso ni es culpa de Sabines, ni de los diputados, sino del sistema de gobierno que tenemos en el país, aunque hay quienes sostienen que ello deriva de la falta de autonomía moral de las personas a las que llevamos al poder con nuestro voto, en este caso quienes deben construir esa autonomía son los legisladores, porque carecer de ella es igual a entregarse al ejecutivo estatal.
Las encuestas estatales permiten anticipar, por ejemplo, que la coalición que encabeza el PRD podría alcanzar un número que va entre 8 y 9 diputados locales por mayoría relativa, uninominales, y alrededor de 3 plurinominales, aunque no hay nada seguro para nadie y no todos tienen militancia perredista, más bien son la minoría, pero todos son sabinistas.
La otra coalición que se llevará un importante número de diputados uninominales será la coalición que encabeza el PRI (con al menos entre ocho y diez seguros), mientras el PAN, PVEM, PT y Convergencia llevarán alguno que otro, con la salvedad de que el Verde Ecologista podría alcanzar más diputados de mayoría yendo en coalición con el PRD y también con el PRI, dado que los verdes son muy “inteligentes” o bien los negociadores del PRI y PRD son muy tontejos.
De todos modos en el PRD las cuentas más realistas que realizan son que el 7 de octubre podrían alcanza la victoria de una cincuentena de alcaldías, pues únicamente se sienten con derrota anticipada en 47 plazas.
En cuanto a diputaciones, cifran sus posibilidades de triunfo en los Distrito I (Tuxtla Oriente), VI (Comitán), XIV (Cintalapa) y XX (Las Margaritas), las que clasifican en color amarillo intenso o “Distritos Ganadores”.
Con el color amarillo tenue o con ALTAS POSIBILIDADES de triunfo, pero no seguras, ubican a los distritos IV (Carranza), IX (Palenque), XVII (Motozintla) y XXII (Chamula).
La verdad la sabremos el 7 de octubre, como a las 11 de la noche con 59 minutos, o ya de plano al día siguiente, a las 7:30 de la mañana, cuando nos lea las noticias Francisco Javier Figueroa Niño, si es que se presentara a trabajar con la garganta toda maltratada de tanto festejar y tomar trago, conocida ya su victoria en el lado Poniente de Tuxtla Gutiérrez.
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