miércoles, julio 04, 2007

Todos contra el Turismo


De plano que en Chiapas estamos peleados con el turismo, por no decir que somos muy güeyes, en serio, como si no tuviéramos sesos, o un cociente intelectual apenas por arriba de los 60 puntos.

ANUNCIAN LAGUNA INEXISTENTE

En Teopisca, con bombo y platillo, en todas sus entradas, con letras grandes y visibles, se anuncia una Laguna Encantada.

El turista se detiene, se encamina a donde dice las flechas, camina tres kilómetros, y resulta que no hay ninguna laguna, pues ya está seca, ojalá y llueva lo suficiente para que recupere algo de agua y, mínimo, haya ahí un pequeño charco.

Lo más inteligente sería quitar el anuncio, porque ya no hay laguna alguna, porque de esa manera nos exhibimos: estamos acabando con nuestros recursos naturales. Esa laguna desapareció gracias a la deforestación que se hace en la región de Los Altos de Chiapas. Muchas felicidades a los depredadores de los bosques, están logrando su propósito. Acaban con las bellezas naturales, inhiben la llegada del turismo, y mantienen el crecimiento económico en franco subdesarrollo. Que la Secretaría de Turismo se ponga abusada, que quiten esos anuncios desorientadores.

Cuando a mí me dijeron que existía ese lugar, lo describieron muy bonito, por cierto, llegué con mi cámara lista, bien cargada su pila, para tomar cientos de fotos.

Me dijeron que estaba pasando el panteón. Fui, pasé el panteón, caminé dos kilómetros, me topé con el cerro, el camino de terracería se hizo intransitable, pues ya no había camino alguno. Ahí volví a preguntar por dónde estaba, y me repitieron que cerca del panteón nuevamente, donde yo ya había pasado.

Decidí, entonces, preguntar con la gente que por ahí pasaba a sus labores del campo, y lo que me dijeron fue sencillamente que yo no iba a encontrar nunca la laguna porque ya se había secado, pero que si deseaba podía ir a tomarle foto al lugar donde algún día estuvo.

DIFICIL LLEGAR A LA SIMA DE LAS COTORRAS

Para llegar a la Sima de las Cotorras la falta de anuncios lo dificulta todo.

Ese bellísimo lugar no tiene quien le escriba, ni siquiera un anuncio.

Ni en la capital ni en Coita, hay que ir preguntando en cada lugar.

Llegando a Coita la misma cosa. No hay por dónde orientarse, hay que preguntar con los vecinos, con la gente que se ve barriendo, con quien vende tacos, con quien se vea en las esquinas. Como si no quisiéramos que fueran los turistas a visitar el lugar.

Cuando yo llevé a mi familia procuré hacerlo a hora muy temprana, como me había dicho mi amigo Carlos Kramsky, ya que a las cotorras se les ve salir muy temprano, a las seis de la mañana. Había que llegar antes.

Por eso salimos del hotel de Tuxtla Gutiérrez a las 4 en punto de la madrugada, para llegar con tiempo.

Pero en Coita me dijeron el rumbo y el kilometraje. El rumbo fue correcto, el kilometraje no. Y como en la carretera no se encuentra ningún anuncio que diga "SIMA DE LAS COTORRAS", pues nos pasamos de largo varios kilómetros. Mucho más adelante nos dijeron que ya el desvío hacia el bello lugar había quedado 9 kilómetros atrás. Y, aún con datos más precisos, de gente que ha visitado el lugar muchas veces y lo conoce como la palma de su mano, fue difícil encontrar el letrero, para asegurarnos de encontrarlo debimos ir deteniéndonos en cada entronque. Al fin lo hallamos, pero llegamos cuando ya las miles de cotorras habían salido de la sima, y nos perdimos el espectáculo.

Otra familia comiteca, luego de leer el reportaje sobre la Sima de las Cotorras, decidió ir a conocerlo. Pero sufrieron de lo mismo: no encontraron nada que los ayudara a orientarse, llegaron preguntando. Una familia viajaba atrás, siguiéndolos, esperanzados que los de adelante los llevarían al lugar indicado, deseado. Pero resulta que la familia comiteca de adelante también pasó de largo, casi llegaba a la presa de Malpaso. Ambos debieron deshacer lo andado, perdiendo mucho tiempo. Ellos, afortunadamente, pudieron contemplar el espectáculo del regreso de las miles de cotorras, y lo disfrutaron, a pesar de los pesares.

AGENCIA DE VIAJES CON GENTE ESTÚPIDA

En Comitán comprar un boleto de avión, en una agencia de viajes, es el primer paso para enfermarse del coraje. Los responsables de la agencia de viajes de un tal Pulido son tan desconsiderados con quienes hacen el favor de adquirir ahí sus boletos que de plano los usuarios corren el riesgo de perder el vuelo. Al parecer no dan de alta los recursos correspondientes al pago de los boletos de avión, que aunque el pasajero lleve su boleto en la mano con el letrero de "PAGADO", al llegar al aeropuerto le dicen que NO ESTÁ PAGADO. Y entonces el pasajero se ve obligado a llamar a la agencia, o a quienes le compraron el boleto, y las llamadas telefónicas van y vienen, para que, a las 460 mil, se pongan de acuerdo y aparezca el dinero en el sistema, y así el boleto ya se pueda considerar pagado. Eso aconteció con Eulalio López, procedente de la Ciudad de México. Vino, acudió a los lugares que quería visitar, tomó el camino de regreso, y al llegar a Tuxtla, para evitar lo que había sufrido en ocasión anterior preguntó si su boleto estaba en orden y le dijeron que no, que sí estaba la reservación, pero que no podía viajar, pues no se había pagado. Él decidió mejor llamar a Comitán, para que le aclararan el estatus de su boleto, y no fue sino hasta el día siguiente que las cosas se aclararon, para lo cual debió pagar un cuarto de hotel, que no estaba considerado en su itinerario. ¿A quién putas le quedará ganas de regresar si lo tratan de esa manera? ¿Por qué hay gente tan estúpida? ¿Por qué no les dan un pequeña capacitación los de la Secretaría de Turismo, o de plano los chiapanecos tenemos un coeficiente intelectual de los llamados "borderline" (limítrofe)?

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