La incapacidad e insensibilidad del alcalde de Las Rosas, Ramiro Aguilar Castañeda, generó tremenda bronca este jueves, cuando los pobladores se manifestaron en contra la contaminación que genera el basurero al aire libre.
La gente sólo quiere salvaguardar su salud, no otra cosa.
Los ciudadanos no están pretendiendo destituir al inepto alcalde, no señor, sólo quieren que su salud no siga siendo afectada por ese foco de infección que el ayuntamiento no sabe o no quiere procesar, por desidia, por desinterés, por ineptitud de él y sus funcionarios.
Sin embargo a los manifestantes les cayó la represión, los golpes, los macanazos, las amenazas de muerte con armas de fuego.
Pero resulta que la basura de Ramiro Aguilar Castañeda no sólo afecta a quienes viven en lugares cercanos a ese hediondo lugar, sino también afecta al turismo chiapaneco, a la llegada de divisas, a la reactivación económica de la entidad.
Qué espectáculo tan más deprimente es contemplar ese basurero al aire libre, a ras de suelo, a orillas de la carretera.
Los turistas pasan enfrente y al hacerlo cierran las ventanas del auto, buscan un pañuelo o lo que sea para taponarse la nariz por un rato, y así evitar enfermarse de las vías respiratorias.
Los manifestantes reprimidos se merecen la gloria por su valor civil al protestar en defensa de su salud y la de sus seres queridos, el alcalde se ha ganado, desde hace tres años, el repudio popular.
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