Candidato con mirada perdida

El Iram Mérida Matamoros se ve triste, con la mirada perdida, en el limbo.

Pareciera que ser candidato tricolor por la presidencia de Comalapa, en tiempos de ruptura, no da margen al optimismo ni, menos, algo de alegría.

No sé si ganar la interna lo ha de haber dejado cansado y que las heridas a su propio partido lo tenga sin ilusiones, anticipando una derrota, comprensible a estas alturas.

Por encima de todo, sus asesores no le echaron una manita, ni le hizo recomendaciones el fotógrafo que le tomó la foto para sus póster que ahora se ve en calles, avenidas, casas habitación, postes de teléfonos y de electricidad.

Además, está en camisa negra, con dos botones blancos visibles, y el rostro compungido, como si hubiera cometido varios pecados capitales y temiera el castigo de Dios o de Mariano Herrán Salvatti..

Por eso digo que hay que portarse bien.

Nada como el respeto a nuestro padre Dios, ante quien hay que arrodillarse por cada terreno mal vendido.

Lo peor es que ya no está el New Padre Nati de Frontera Comalapa, aquel que corrieron por algunas irregularidades cometidas en agravio de la gente que resultó afectada por el Huracán Stan, a quienes no les quiso entregar la ropa que le regalaron y decidió venderla para construir una gran catedral ahí mismo, donde pretenden gobernar los ahora suspirantes de la silla que ocupa David Escobar García.

Una sonrisa aunque hubiera sido “a fuerzas” le hubieran arrancado.

Que alguien le hubiera hecho cosquillas en las patas, en la barriga o ahí donde hace remolino el cuero.

Es importante la sonrisa, aunque no lo parezca.

Pero no basta no sonrió, encima con ese color de ropa, el exceso de luz sobre su frente, el rostro iluminado de un lado y en el otro con una gran sombra.

¿Qué de verdad no había otro lugar donde le tomaran la foto?

¿O utilizaron una cámara digital y le tomó la foto cualquier neófito oportunista?

¿O se tomó la foto nomás porque sí?

De plano, como si no tuviera gente que lo asesorara, como si no fuera parte de un equipo, o si las prisas le hubieran ganado.

Sonríe más el Raymundo Díaz Salas.

Y no se diga del “Paco Cuchara”, quien enseña una foto casi mordiéndose la oreja de felicidad, fingida o no, pero sonrisa al fin, y bien puesta.

Qué contraste.

Algún espejo o algo reflejante del lado derecho del candidato tricolor hubiera ayudado a evitar esa sombra oscura, como oscuro es el pasado del vendedor de terrenos, a distintos dueños, al mismo tiempo, en proceso fraudulentos.

Por cierto, ¿qué pasó con ese proceso judicial en contra del ahora candidato tricolor?

¿Se habrá sobreseído por el solo hecho de ser candidato o le fue a devolver el dinero que había embolsado de manera ilegal?

O ¿acaso se repite la triste historia de que para ser candidato se debe contar en el haber con una orden de aprehensión?

Otra cosa que despide este compa por sus poros es falta de capacidad para escuchar.

Me temo que por eso nadie le dijo nada sobre su foto, para que no le salieran con alguna pedantería, ya ven que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Ah, bueno, pero para eso estoy yo jejejeje. Para brindar asesoría a candidatos que carecen de asesores inteligentes. Yo soy serrano, pero vivo, tal y como dice mi acta de nacimiento y como dijo la partera que me vio nacer: “nació vivo, a pesar de todo”.

Bueno, pero volviendo a la falta de capacidad de escuchar, alguien le debió decir a Mérida Matamoros que ganar la precampaña no era ganar la constitucional, sino todo lo contrario, sobre todo ante tantas descalificaciones vertidas en el proceso.

Y aquí la bronca no es sólo de Iram, sino de su gente, quienes repiten hasta el cansancio que no quieren nada con Hugo, que para qué si está muy chaparro. “Negociar con Hugo será lo último, porque va a pedirnos la sindicatura, tres regidurías, el 50 por ciento de las plazas de la administración municipal y la Dirección de Obras Públicas.

Por eso Hugo Mauricio está preparando maletas para irse al PRD o por lo menos mandar a su gente a generar las condiciones para que Mérida Matamoros pierda la elección constitucional, fraguando así una cabrona venganza.

“El que ríe al último ríe mejor”, y parece que la sonrisa pudiera ser de la del candidato cuyo póster enseña a un joven con bigote y barba tipo candado, con sonrisa de oreja a oreja, y una fotografía profesionalmente tomada.

Por cierto, con Hugo en la Casa de Campaña amarilla habrán tres constructores: Hugo Mauricio Pérez Anzueto, Ranol Mérida y Uber López Camey, quienes se disputarán, sin duda, la Dirección encargada de la construcción de carreteras, apertura de pozos, jagüeyes,caminos sacacosecha, etc.

Doctor Manolo Pulido Guillén

Pucha, cuando vi al regidor Manolo Pulido con su tapabocas creí que era un médico a punto de iniciar una cesárea o cualquier operación, aunque no le vi bisturí en ninguna de las manos.

Al preguntarle me dijo que no, que tampoco era periodista sufriendo la Ley Mordaza que a los comunicadores de la región fronteriza nos habían recetado Pablo Salazar y Víctor Hugo Ruiz Guillén, en aquella LXI legislatura.

Me dijo que le operaron la úvula, esa campanita que todos tenemos atrás de la lengua.

Dijo que se le creció harto, muchísimo.

Y también dijo que se le crecieron otras cosas, pero que sólo el crecimiento de la úvula le resultaba molesto, y por 50 mil pesos se la dejaron del tamaño anterior.

Yo entonces le dije que si sabía qué se puede tomar para que a uno le “crezcan” miembros de esa manera, pero el we no quiso pasar la receta, que porque sólo él quiere tener el orgullo de tener “cosas crecidas”.

Mujeres de todos los países, unías y dadle al Manolo Pulido Guillén una su buena zarandeada por todo aquello que vean de “tamaño anormal”.

Que te repongas pronto, compadre.