Por: Raymundo Díaz S.
“Gallina que come huevo, aunque le quemen el pico…”, es la expresión popular para referirse a aquellos entes que no son capaces de salir o escapar de determinado desacierto o de alguna situación en la que tuvieron que intervenir voluntaria o involuntariamente misma a la que, en lugar de abandonar, se vuelven adictos y repiten sus prácticas con mayor asiduidad y hasta con devoción. Suena burlesco, ruin, pedestre y muy vulgar la comparación pero es la triste realidad que no podemos cambiar. A finales del 2005, Roberto Armando Albores Guillén, no obstante de las supuestas amenazas de Pablo Abner Salazar Mendiguchía de encarcelarlo, preparaba su llegada a Chiapas para competir por una gubernatura que ya una vez había tenido en sus manos y disfrutado y no solo deseaba volver a usufructuar sino que no estaba dispuesto que ésta se le fuera dada a José Antonio Aguilar Bodegas por haberlo traicionado. Sin embargo y al hacérsele bolas el engrudo en el CEN del PRI con cuyos actores y dirigentes no halló gracia, armó semejante asonada y disturbio en las que puso en peligro la vida de cientos de campesinos y del propio tapachulteco a quien apedrearon de la forma mas ridícula cuya candidatura quería que fuera anulada o repuesta en una consulta a las bases donde él, Albores Guillén, supuestamente saldría triunfador. Al no lograr su objetivo de anular la aspiración y candidatura del famoso JOSEAN, Roberto Armando Albores Guillén, TRAICIONÓ (la primera) a su partido, el PRI, y apoyó abiertamente a los partidos PRD, PT, Convergencia y otros para quienes instruyó a su seguidores “trabajar” y dar la espalda al Revolucionario y a su candidato. ¿Y todo para qué? Para colocar a su vástago TRAICIONANDO (la segunda) a quienes permanecieron día y noche con él pero que fueron suplidos por su hijo y por una sarta de parientes como Horacio Albores Ruiz a quienes insertó en las nóminas gubernamentales. Con el sabor de la traición en el paladar y gozando de los resultados que deja esta, el vecino de San José en Comitán, llega a esa ciudad y se involucra en las elecciones municipales para las cuales, obedeciendo las peticiones de un amigo suyo, Eduardo Trujillo (a) “El Temperante”, o en colusión con este, abanderó a un desconocido como Alejandro Sánchez Crocker como candidato a alcaldía TRAICIONANDO (la tercera) a quien había expuesto hasta la vida en sus movimientos políticos y a quien considera o consideraba como “amigo”, Jorge Constantino Kanter a quien, después de ser este un aliado de primera con su representación de los alcaldes chiapanecos, le exigió y peleó la celebración de un plebiscito para elegir candidato cuando Sánchez Crocker era un don nadie proveniente del ramo de la construcción donde precisamente fue beneficiado por Albores Guillén con obras millonarias. Con su hambre y voraz apetito de poder, Albores Guillén no se conformó con tener a su hijo como secretario de estado sino que quería, como siempre, tener a sus demás amigos y parientes en la alcaldía comiteca y por ende sus presiones y exigencias al edil de ese entonces, Constantino Kanter, para quien pronosticó cárcel si no se alineaba con él y a sus maquiavélico e infundados proyectos políticos con Sánchez Crocker al frente. Perfil Fronterizo guarda celosa y estrictamente datos que dan cuenta de las llamadas telefónicas que Jorge Constantino Kanter tuvo que recibir o rechazar provenientes de José Antonio Aguilar Bodegas quien una y otra vez le pedía y hasta rogaba unirse a su aspiración ofertándole un futuro político promisorio inmediato (la diputación local) pero que éste, Constantino Kanter, no solo rechazó dichas conferencias telefónicas solicitadas sino rotunda, terminante e irrevocablemente se negó a dar la espalda a Roberto Armando Albores Guillén y su “fuerza democrática” (que de democrática no tuvo nada) y éste no lo pensó para traicionarlo augurándole cárcel si ganaba “el negro” (Eduardo Ramírez Aguilar), a quien hay que cerrarle el paso a como de lugar y no permitir que llegue…” habría dicho en su amplio comedor de cedro y lujosas alfombrillas. Si Albores Guillén no hubiera traicionado a Constantino Kanter, el actual presidente, Eduardo Ramírez Aguilar, sí hubiese sentido o escuchado pasos en la azotea cuando su candidatura o aspiración al cargo que hoy ocupa. Pero de esto y sobre las otras TRAICIONES de Roberto Armando Albores Guillén, en los ¡¡¡próximos capítulos!!! He dicho.
De lo que se dice…
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