Que se va, que se queda…

Algo debió haber pasado en el municipio de La Trinitaria que el tesorero presentó su renuncia al edil de Trinitaria, Lindoro Jiménez Ruiz.

Fredy Hernández ha destacado no sólo como funcionario eficiente, sino también como ser humano.

Zapalutecas, no se duerman, despierten, o duerman, pero despierten bien acompañadas, con alguien que valga la pena, como este mi compa.

No sé por qué el Partido Revolucionario (PRI) en La Trinitaria no hizo lo mismo: aprovechar la presencia de figuras como la de Fredy Hernández para seguir fortaleciendo la especie.

Por eso lo mandaron llamar durante la campaña del entonces candidato Lindoro Jiménez Ruiz: para reunir fondos y administrarlos de forma ordenada.

Esa cartera entregada a Fredy Hernández en la campaña fue fundamental. Ningún proyecto político puede terminar de forma exitosa si no hay recursos, y lo que haya, poca o mucha, se debe administrar bien, para que cada peso resulte útil y se convierta, al final, en votos contantes y sonantes.

Ahora mismo a este compa lo andan buscando distintos equipos de campaña, aunque el tipo parecía totalmente decidido a dedicarse a sus empresas y proyectos.

Sin embargo, la renuncia que puso en el escritorio de Lindoro Jiménez Ruiz no le fue aceptada.

Lindoro le dijo no.

El síndico le suplicó que no.

Los regidores dijeron simplemente que no, no y no, y que le hiciera como quisiera.

Digamos que nadie sabe lo que tiene hasta que le pone su renuncia enfrente.

De alguna manera esto debe servir para revalorar las aportaciones del funcionario.

Nadie mejor que Fredy Hernández para mantener las finanzas en orden.

Nadie mejor que Fredy para operar y buscar alternativas de solución a los conflictos que generan otros funcionarios, carentes de sensibilidad.

Porque a este cuate mío le ha sobrado tiempo para atender sus responsabilidades y, luego, buscar soluciones alternativas a las broncas creadas por los administradores de las distintas áreas y que, una vez estalladas, entregan como papa caliente al presidente municipal.

El carácter de gente tranquila, humilde y apacible de este cuate dio paso para que se convirtiera en interlocutor del ayuntamiento cuando las organizaciones aparecían con sus líderes todos trompudos, reclamando proyectos, falta de atención de los servidores públicos, una mala mirada de algún vecino o el orín de un chucho a chucha.

No sé que tantas broncas habrá atendido Fredy Hernández para permitirle al ayuntamiento mantener un clima de distensión con aquellas comunidades dadas a realizar mítines y tomas de edificios.

Pero me consta que lo hizo, o que lo ha venido haciendo si acaso va seguir en sus funciones.

Lo más seguro es que el tesorero de Zapaluta siga en su cargo del que oficialmente nunca ha salido.

Es lo más sensato e inteligente.

¿Para tanto brinco estando el suelo tan parejo?

¿Para qué buscarle mangas al chaleco?

Lo que deben hacer es consentirlo, quererlo, ponerle su aire acondicionado y llevarle su yogourt a sus horas para que no se malpase.

Así ya no será necesario que las mujeres se pongan en huelga de piernas cerradas para exigirles a sus maridos que se movilicen a fin de evitar la partida fatídica.

En Caliente, por todo esto, hará entrega de la estatuilla del "Funcionario del Año" al Tesorero de La Trinitaria, a cambio de dos de sus secretarias que atienden de forma amable merito en la entrada de sus oficinas.

Conste.

MILLONES DE AGRADECIMIENTOS

Un millón de gratitudes a todas y todos los lectores del Fronterizo del Sur en las distintas regiones de la entidad.

También a los radioescuchas de Notinúcleo, todo por el apoyo brindado para reunir la cantidad suficiente que permita adquirir la silla de ruedas de Ventura Castellanos, el hondureño que se siente más mexicano que el chile y el mole de olla.

De distintas regiones enviaron los apoyos monetarios, que van a permitirle a Ventura Castellanos seguir trabajando para su sustento.

La respuesta ciudadana ha sido favorable inmediatamente se dio a conocer de la problemática expuesta, y nos queda bien claro que la solidaridad y generosidad de las y los chiapanecos es mucho más que un par de "llantías" chiquitías y otro par de "llantías" más grandes.