Enoch Hernández es un auténtico salmón: llegado el momento emprende el viaje, navegando río arriba, sin importar que lo asechen sus depredadores.
Hace seis años aceptó el reto de competir por la presidencia municipal en San Cristóbal de Las Casas, sin que nadie le diera la menor probabilidad de triunfo, bueno, ni el beneficio de la duda.
Eso fue, por cierto, el error de sus adversarios, lo minimizaron, le abrieron el campo democrático, se movió a sus anchas.
Cuando vieron en las encuestas que su nombre figuraba sin creer en su triunfo, porque se trataba de un candidato sin dinero, de un partido inexistente, desconocido.
Enoch no tiene estructura, sólo amigos en la prensa, sus cuates lo están inflando, nada más.
Cierto, la prensa estuvo de su lado, salvo excepciones.
Enoch no tiene paga, dijeron también, ni cómo pueda comprar votos, fundamental para cualquier historia de triunfo: era cierto, no tenía.
No tuvo.
Pero ganó.
Lo avaló su condición de hombre de lucha, de comunicador aliado del pueblo, no del poder y, por supuesto, su vocación de servicio.
Los políticos no creyeron en él, en el pecado llevaron la penitencia, pero el pueblo sí y le dio su voto.
Por eso ahora no se arredra, va, seguramente irá por un partido chico, el Partido del Trabajo (PT), pero partido al fin, con registro, legítimo.
Respetando las reglas de este partido, cuya militancia completa cabe en mi chevy pop, el político va a registrarse y a esperar si alguien más se registra, en caso de no registrarse nadie más saldrá como candidato de unidad.
Ahí está, por cierto, una de sus fortalezas.
Mientras que en el PRI la grosera y burda imposición del diputado constructor, Mariano Díaz Ochoa, generó división, fracturas y desbandadas, además de la renuncia de José Antonio Hermaz, nada más y nada menos que el Presidente del Comité Municipal del PRI.
En el PRD, a su vez, se dio otra fractura decisiva, definitoria.
José Luis Lobato González también renunció a la dirigencia del partido.
Ambos renunciaron, también, a su militancia política de varios años.
Uno dejó de ser priista y el otro perredista, independientemente del procedimiento burocrático para la desafiliación partidista.
Al único al que, independientemente de todo, sin duda le va a ir bien, es al candidato del PRD-Convergencia, o sea, a la gloria Trevy, este compa no tiene nada que perder, y alguien así sólo tiene que ganar.
El Doctor Psiquiatra sin duda no le hará mella a nadie, pero tendrá una regiduría plurinominal, aunque sea para él solito.
Peor es nada y lo caído, pues caído.
Además puede ahorrar una lana de lo que le dé el partido para la campaña.
Felicidades Doc. Ulises Córdova, ojalá invite a las caguamas, como me han invitado mis cuates de Tuxtla.
RODOLFO RAMIREZ ZAMBRANO SÍ ES MAESTRO, ENSEÑA TODO
Debió haber sido maestro; nació el 15 de mayo, día de los aumentos de salarios y los paros magisteriales, de los dos tipos, por cierto.
Ah, bueno, pero el tema es mi amigo Rodolfo Ramírez Zambrano.
Pero no se crean.
El compa no es maestro, ni mujer, pero enseña, le enseña a éstas, precisamente.
Y tiene un montón de aprendices a su lado. En serio, hartas.
Su cumpleaños lo festejó en grande y todos sus cuates le cumplieron, estuvieron con él, lo consintieron, le llevaron regalos, siempre de los que se compran en las vinaterías, pues con este periodista no hay que sufrir con aquello del "qué le compro o qué le regalo", a él simplemente se le lleva Buchanan o de otra marca chida, para libar toda la tarde y pasarla bien.
Y a Rodolfo casi nadie le falla porque él nunca le falla a ningún amigo.
Por cierto, este compa sí es original para eso de los regalos.
En uno de tantos festejos que se le rindiera a Toño Monzón, el creador de la frase "Ánimo, mi productor", de pronto apareció el Rodolfo con una gallina de rancho.
Qué bonita gallina, qué coquetería y gallardía.
Las gallinas normalmente son tímidas, pero esta no: iba con aquel garbo, en serio.
Quizá porque sabía que iba de regalo a uno de los más grandes de la locución y el periodismo en Comitán.
Ramírez Zambrano le había colocado a la gallina un moño de regalo, no recuerdo si blanco o rojo, pero así irrumpió en el escenario el periodista de Canal 5.
Todo mundo mirando al Zambrano y su polla, polla de verdad no de las otras, y fue directo a Toño Monzón
"Aquí le traigo esto compadre, ojalá sea de su agrado", le dijo.
Por eso nadie le falla.
Bueno, hasta el personal del Fronterizo del Sur le cayó con sendos regalos.
En la gráfica se puede observa al Director de ADN y diseñador del Fronterizo del Sur, Adolfo G. Carrasco, entregándole el suyo.
Felicidades Maestro Rodolfo Ramírez Zambrano.
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