El Visitador Adjunto de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) en el municipio de Las Rosas le anda buscando mangas al chaleco y está brincando demasiado, estando el suelo tan parejo. Tan sencillo sería todo si por lo menos respetaras la ley.
Ha ido de yerro en yerro, por no decir de pecado en pecado o delito en delito.
Primero fue incurrir en conductas indebidas en su calidad de funcionario de la CEDH, al realizar un procedimiento de revisión de expediente ante el Ministerio Público en su calidad de ombudsman, y cobrar por ello, según denuncia de la señora Candelaria López ante la organización Benito Juárez, de Comitán, que dirige el líder social Rafael León Ruiz. Por supuesto, no emitió factura alguna ni recibo de honorarios ni nada. Que no quede huella, que no.
Después de eso, cuando ya conocía el caso que había de atender, de un pobre muchacho que ha reincidido en actos de delincuencia, le "pasó" el asunto a una colega suya, a la que, por lo mismo, le pidió "que se mochara" cuando la defensora logró que consiguiera su libertad. Segundo cobro por el mismo caso. Por supuesto, no emitió factura alguna ni recibo de honorarios ni nada. Que no quede huella, que no.
Aún más, se atrevió a "poner en mal" a su colega delante la madre del joven que ha incurrido en actos fuera de la ley, al grado de despertar molestia en la mujer, tanto que la señora López llegó a denunciar que hubo demasiado dinero de por medio para la liberación de su hijo, y tales hechos se comentaron de manera breve en esta columna. Tercer metida de pata y algo más.
Luego, fue su intento por acallar la crítica, intentando "sugerir" que este calenturiento columnero dejara olvidado el asunto o le diera carpetazo, a cambio no sé de qué, quizá de dinero. Tengo testigos de ello, fue en un salón de clases, con varias personas que escucharon todo.
Aún más, cuando se ahondó sobre el caso en una siguiente entrega de "En Caliente", y quizá pensando en detener de una vez por todas el escándalo, tuvo contacto con el líder social para prometerle dinero, a fin de que el abogado pudiera quedar tranquilo, con el agregado de que se "limpiara" su nombre a través de notas "aclaratorias", diciendo que el señor es un santo y nada tiene que ver con los hechos aquí comentados. El líder social, por supuesto, le dijo que no, pues aparte de que no es su perfil negociar de esa manera, él no podía comprometer la pluma de este ni de ningún reportero o columnista, por lo que no le prometió absolutamente nada. En mi caso, fui y soy solidario con la afectada y la organización social que la respalda, y bastaba, en verdad, que esa parte quedara conforme, para olvidar el asunto, pues sólo soy portavoz de quien dio a conocer una denuncia en El Fronterizo del Sur. De otro modo, el visitador no hubiera sido tema en esta columna, aunque el periódico que dirijo sí lo había incluido en días anteriores en algunas notas vinculadas a la CEDH, en forma respetuosa y con apego a la verdad, en el caso de algunas denuncias contra autoridades municipales de Las Rosas.
En aquellas "negociaciones" anduvo durante algunos días, motivo por el cual dejó pasar el tiempo, acudiendo a presentar su solicitud de "derecho de réplica", cuando ya había pasado muchos días y la ley de imprenta resultaba inaplicable.
Aún así, publicamos su escrito, no precisamente porque esté obligado conforme a derecho, sino porque resulta aleccionador, dado su contenido plagado de errores, de todo tipo, entre ortografía, palabras que no existen en el diccionario (no las tiene registradas ni la Academia Mexicana de la Lengua ni en La Real Academia Española, inclusive de alusiones que nada tienen que ver con su derecho de réplica, sino con alguna autoridad ministerial, y no soy ni ministerio público ni nada que se le parezca. Elemental, mi querido Watson.
¿Dónde estudiaste derecho, compadre?
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