La población de Teopisca, sobre todo el sector femenino, ven con desánimo que en el ayuntamiento haya un gobernante huérfano.
Las muestras han sido claras, pero seguirán otras, dicen.
Recuerdan que el 6 de enero los niños pobres de Teopisca, aquellos de las rancherías y barrios olvidados, se quedaron con las ganas de recibir un regalo del Día de Reyes.
Como ha sido la tradición, fueron al parque central a esperar algún movimiento que les permitiera tener la certeza de que habría algún evento para ellos, para lo más hermoso de Teopisca: las niñas y los niños.
Como no vieron nada primero se pusieron a jugar entre sí, correteando de un lado para otro, pero más tarde, un poco cansados, voltearon hacia palacio municipal para ver si alguna chica u organizador salía de ahí para regalarles por lo menos una hora de payasos, globos, dulces, flautas, espantasuegras, etc.
Nada de nada.
Más tarde definitivamente tomaron valor y se metieron a preguntar, pero en palacio municipal sólo había policías uniformados, y ellos nunca supieron informarles de algo que fuera a realizarse, o no.
Niñas y niños regresaron a su casa, a contarles a mamá y papá (quienes tienen a ambos) o a quien pudieron, que el presidente, como no tiene hijos ni hijas, y no sabe lo que significa tener un niño en brazos, pues no se acordó. No convidó nada, a pesar de que ahora tiene todo el presupuesto municipal para hacerlo.
EL CASO DEL NIÑO JERBEY RUBÉN.
Otra prueba de que al presidente le vale un cacahuate y dos con sal lo que le depare a los niños, fue el asunto de la enfermedad de Jerbey Rubén. En campaña, el edil conoció del problema de salud de Jerbey, y siendo candidato prometió el cielo, la luna y el mar, con estas palabras: "Miren, ahora estoy gastando mucho dinero, les voy a dar 200 (doscientos pesos), es todo lo que tengo, pero CUANDO LLEGUE A
Ya en plena administración le negó el apoyo, ni la lágrimas de la madre conmovieron al alcalde, y fue gracias a la presión social y de los medios de comunicación, así como una fuerte llamada de atención proveniente de la capital del estado, lo que lo movió a hacer gestorías, repito, a hacer gestorías, y apoyar con algo de gastos de pasaje al Niño Jerbey Rubén.
Luego llegó el 30 de abril, y las niñas y los niños, que todo perdonan y olvidan, renovaron sus ilusiones y fueron nuevamente al parque central de Teopisca para esperar su hora de payasitos, sus globos, festones, rifas y regalos.
Y nada.
Alguien les dijo que en el parque de Guadalupe, y allá se fueron todos.
Y nada.
Total: nada de nada.
Como no tiene hijos ni hijas, como Luis Valdez no sabe lo que significa tener un niño en brazos, pues no se acordó. No convidó nada, a pesar de que ahora tiene todo el presupuesto municipal para hacerlo.
NO HABRÁ FESTEJO DEL DÍA DE LAS MADRES
La petición que hacen las madres de Teopisca es que se le recuerde al presidente municipal que, aunque sea huérfano, porque dicen que no tiene madre, debe tomar en cuenta a las señoras de cabecita blanca y a quienes aún son jóvenes, pero ya tienen bajo su responsabilidad el dar amor a las criaturas más bellas del mundo: sus hijos.
Luis Valdés, no seas así, si el dinero no es sólo para vos, para pagarle todos sus caprichos a una secretaria que es tu asistente personal y te da placer corporal y te exige vestidos, buena comida y viajes a distintas partes.
Si gustas, puedes darle todo lo que se te antoje, pero de tu dinero, de tu sueldo, no del presupuesto municipal.
Aquél lucero que está allá en lo alto, en el cielo azul chiapaneco, debiera hablarte al oído y convencerte de que es tiempo ya de comenzar a servirle a la gente, a regresarle algo de lo que les pertenece y que te entregan a ti vía el pago de sus impuestos.
Regálales el Día de las Madres, festéjales.
Y ya no andes metiendo a la cárcel a los chicos enamorados que le quieran llevar serenata a su novia.
Vos tenés el presupuesto municipal para arrebatarle su mujer a algún amigo o ex amigo, o simplemente a algún teopiscano, y no necesitás de llevar serenata. Basta el color alegre de los billetes del erario municipal para que dé el “Sí”.
Pero los demás sí que requieren de algo romántico, de conquistar como se hacía antaño a la chica: con rosas y serenatas.
Ah, por falta de tiempo no publico aquí cómo quisiste llevarte a tus cobijas a una hermosa chica, sobrina de uno de tus colaboradores, fue un fracaso total, tu fracaso, porque no a todas se les puede engatusar con paga, no todas se prostituyen, hay quienes conocen de la dignidad y del respeto a sus padres y a sí mismas.
Más tarde, lo prometo. Jijijiji
Y no me llames a mi celular porque estaré fuera de área y no quiero que mi crédito disminuya por tu culpa, pero puedes mandarme a tus policías, ya que estaré en tu misma tierra, paseándome, tomando cafecito, comiendo caldo de gallina de rancho o quizá una cecina. Lo que me invite mi amigo David Coronado.
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