Don Refugio González Monroy por fin sacó a su mujer a pasear.
La tenía toda arrumbada, cuidando a su puño de viboritos juniors: hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
Pero el pasado 14 de febrero se le ablandó el corazón y la sacó a orearse, a distraerse, vio la luz del día. Muchas felicidades Don Viborón.
Ha de ser que la señora vio pasar a su hada madrina y le pidió que, con la varita mágica, convirtiera a una calabaza en coche y a un ratón en víbora mayor.
Como sea, felicidades a la ejemplar pareja.
Por cierto, ya Don Cuco anda publicando sus propias calenturas en El Fronterizo del Sur. Quiere convertir a este diario en su emporio, y andar a la caza de políticos como si fueran ratoncitos y tragárselos en un santiamén.
Con eso de que puede abrir la quijada y tragarse a un bulto aunque sea más grande y gordo que él.
Bienvenido, Don Cuco, estaremos pendientes de sus opiniones.
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