Vale recordar la diferencia entre una dama y un político. Si a una dama le pides “aquello” y te dice “no” significa que a lo mejor, puede ser, quizá, etc. Si a un político le pides “un favor” y te dice que “sí” significa a lo mejor, puede ser, quizá. Si a una dama le pides “aquello” y te dice a lo mejor, puede ser, quizá, significa que “sí”. Si a un político le pides un favor y te dice que a lo mejor, puede ser, quizá, lo vamos a ver, etc, significa que “no”. Si a una dama le pides “aquello” y te dice que “sí” es porque no es una dama. Si a un político le pides un favor y te dice que “no” es porque no es un político.
Las palabras de unas y otras, pues, hay que irlas leyendo entre líneas, aquello que te dicen no hay que tomarlo textualmente, hay que aprender que quieren decir con una afirmación o negación, en un caso y en otro. En unas y otros aplican muy bien aquellas palabras de la Chimoltrufia: “Yo como digo una cosa digo otra” y exactamente lo contrario.
Todo esto viene a cuento porque el ERA, o sea, Eduardo Ramírez Aguilar, fue un anti-priista muy duro y contundente. Hizo campaña con Pablo Salazar y lo llevó al triunfo en Comitán. Luego hizo campaña con Rafa Ruiz y ambos llegaron al triunfo también. Recuerdo una frase suya muy célebre, pronunciada en Yaltzí Tres Lagunas, en plena campaña rafaelista: “EL PRI MURIÓ EL 2 DE JULIO, EL 20 DE AGOSTO LO ENTERRAMOS Y EL PRÓXIMO 7 DE OCTUBRE LE HAREMOS SU CABO DE AÑO”. Y dicho y hecho: porque Fox derrotó a Francisco Labastida Ochoa, Pablo Salazar a Sami David David y Rafa Ruiz a Rafael Morales Serrano, en las fechas pronunciadas por el ERA.
¿Y qué creen compas y comas?. Este ERA apenas pronunció otras palabras que sonaron exactamente opuestas a aquellas de la muerte, entierro y cabo de año del PRI, y más de la mitad de ellas ya se hiceron realidad, la otra parte espero yo que no. Sus palabras fueron: “candidaaaaatos, Diputado, Senador, Gobernador”, así les dijo a Arnulfo Elías Cordero Alfonso, a Manuel Velasco Coello y a José Antonio Aguilar Bodegas, haciendo campaña para ellos, sí, leyó usted bien, para el PRI.
“¿Quién entiende a las mujeres?”, solemos preguntar los sufridos varones. Y yo agrego: ¿quién entiende a los políticos?
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