martes, febrero 02, 2010

Es El Chunco, racista y misógino


El Diputado Federal Ariel Gómez León, alias "El Chunco", con sus disculpas públicas, ofende la inteligencia de los chiapanecos, particularmente los de Tuxtla, que son los que lo oyen (u oían) a diario. "El Chunco" si es racista. Lo es a diario, espontáneamente, a cada rato.

Y al decir que "no sabia que estábamos al aire, porque dejé un micrófono abierto por descuido" empeora aún más las cosas, porque entonces significa que "sin micrófono" es racista, "con micrófono" no, es sólo un mentiroso.

No te ayudes compadre, mejor cierra la boca porque todo lo que dices es usado en tu contra.

Pero que no engañe a nadie, no ofenda la inteligencia del pueblo.

Porque El Chunco es racista y, además, machista, xenofobico y misógino; y no lo es de ahora, sino de a diario, de siempre.

¿Que es lo que más repite El Chunco en su programa?

Que las mujeres son dejadas y traicionadas por los maridos por su culpa: por ser feas, fodongas y gordas.

A su juicio, la culpa de las desgracias femeninas no es más que su lamentable estado físico.

El marido, como todo varón, es "visual", y se enamora por "lo que ve".

Y si lo que ve en su casa ya no es aquella sílfide que "él" conoció hace algunos años, es lógico y justificable que "él" la cambie por otra.

"Báñese, señora, y adelgace, ya no trague tanto, no sea fodonga, si usted esta fea todo el día es lógico que su marido prefiera estar con otras", y más lindezas les dice a las mujeres que le piden alguna opinión o consejo.

Por el contrario, opina y reitera que las mujeres son "auditivas" y, por tanto, no es preciso que el varón que las pretende sea un adonis, sino simplemente inteligente, pues basta que le "hable bonito" o le "cante bellas canciones" para que ella de el esperado "Si".

Entonces el problema se reduce al físico de la mujer, de la esposa, cuya obligación es estar hermosa y sensual siempre.

Ese desprecio por la mujer fodonga y gorda es similar al que siente genuinamente por los negros de Haití y de todo el mundo.

Ha de pensar que la culpa de todas las desgracias de los haitianos es su físico.

"Se lo tienen bien merecido, pues, son negros, feos y sucios, que deben ir a bañarse al mar para ver si las blancas olas sus cuerpos puedan blanquear". Fsur.

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