Comitán de Domínguez, Chiapas, México.- Leonardo de Jesús Palacios García, de 9 años de edad, no puede ir a ninguna escuela.
Debería estar en un aula de cuarto grado de primaria, pero no hay escuela para él.
Leonardo estudiaba en la escuela primaria “Prof. Víctor Manuel Aranda León”, de Comitán, Chiapas; su maestra era la profesora Tania Isabel Cruz López, pero ahí el niño tuvo una diferencia con una niña, quien lo acusó a él de haberle tocado los glúteos y de invitarla a consumir enervantes.
La niña acusó al pequeño con la maestra, y ésta acusó al pequeño Leonardo ante la directora de la institución, María Dolores Ruiz Guillén, y posteriormente ante los demás padres de familia del grupo.
No conforme con ello, lo denunció públicamente, ante un diario de circulación local, y ahí comenzó el calvario del menor, quien ha estado en boca de todos, acusado de promotor de consumo de enervantes, acoso sexual, y la madre de éste de “conflictiva”.
Sí, fue acusada de “conflictiva” porque ella defendió a su hijo, y denunció a la maestra de su hijo de acusar al pequeño sin fundamento, de difamación y calumnia.
La maestra Tania Isabel, al violar el principio de discreción, que tiene estipulado en el reglamento que le entregan a maestros, directores, supervisores y jefes de sector, ocasionó todo el escándanlo que ahora nadie puede detener.
En un momento del conflicto, la maestra, directora, el supervisor de zona (César García Silva) y
Así estuvo durante algunos días, a la espera de que, en cumplimiento del acta compromiso o convenio, la maestra ofreciera una disculpa pública al niño y a la madre de éste, en una reunión de padres de familia.
Pero la disculpa pública nunca llegó, y el problema volvió a revivirse.
Ahora la decisión que tomaron las autoridades superiores, entre ellos el Delegado de
Inclusive han manejado la posibilidad de acudir a una escuela particular para que el niño pueda seguir estudiando.
Pero, mientras, sigue sin resolverse el conflicto.
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