El Delegado de Turismo en la región fronteriza, Roberto Román Domínguez, fue sorprendido "echando la siesta" en plena calle pública, en esta ciudad.
Nada tendría de malo, salvo porque es funcionario público y estaba en horario de labores, durmiendo, echando el "coyote".
Así, durmiendo en horario de trabajo, el presunto promotor del desarrollo turístico en la zona, que pretende ser el detonador del crecimiento económico de los municipios, no logrará hacer gran cosa a favor de los prestadores de servicios de la región.
Tampoco, por supuesto, por los proyectos de ecoturismo de los municipios fronterizos, que los hay muchos.
Es posible que Román haya tenido en la víspera del viernes 13 de junio una "noche tormentosa", con alguna "pielecita" de las que recetan los médicos hoy.
Quizá enfrentaba alguna "resca" muy fuerte, después de una buena borrachera.
¿O quizá quiera decir que tuvo muchísimo trabajo en la noche del jueves? ¿Que ese exceso de trabajo no le permitió dormir sus ocho horas, por lo menos siete?
Si de verdad estuvo esperando a que su hijo concluyera su examen de admisión en la ETI 5 de Comitán, imagino que bien pudo haberlo ido a dejar, y luego volver por él.
Era exactamente lo mismo esperarlo en una calle, a 300 metros del aula donde estaba su hijo, que esperarlo en sus oficinas, trabajando, y después volver, una vez que se enterara de la conclusión del examen por parte de su bebé. También pudo haberlo esperado en una calle distinta, no precisamente tan escondida, era obvio que el tipo buscaba "discreción" para dormir con menos mirones, pero la mala fortuna estuvo de su lado y El Fronterizo del Sur lo fotografió.
Con una "llamada perdida" podía saber que ya era hora de regresar por el niño de la evaluación.
Pero no, el señor no estaba en condiciones de trabajar, eso era obvio.
Ojalá y, por lo menos, sus "excesos" le permitan visitar la página de MÁGICO CHIAPAS (http://www.ecoturismofronterizo.blogspot.com) y así conocer los proyectos que se pueden iniciar en Socoltenango y Tzimol; algo que surja de su creatividad, y no sólo administrar lo que ya está, las demandas de los prestadores de servicio, etcétera, porque eso lo puede hacer cualquiera.
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